Fortuna al final del túnel
Álvaro Uribe Vélez benefició a su esposa, Lina María Moreno Mejía
La mediación del entonces presidente Uribe Vélez en la reactivación del proyecto vial entre Medellín y el aeropuerto José María Córdova logró que unas tierras de menor costo comercial, propiedad de su cónyuge, se convirtieran en lotes supervalorizados.

En 2004, cuando era primera dama de la nación, Lina María Moreno Mejía hizo permutas de terrenos con el Municipio de Medellín. La esposa del presidente, filósofa de profesión y con estudios de antropología, había demandado a la ciudad y exigía una indemnización superior a los 2.000 millones de pesos. La noticia más importante por esos días era la inminente construcción de la nueva vía entre Medellín y el aeropuerto José María Córdova, en Rionegro, entonces demasiado lejos, a una hora de distancia.
Un primer trazado de esa vía incluía la construcción de dos túneles, el más extenso de poco más de 8 kilómetros de largo. La obra llegó a amontonar, como si fueran cerros de lodo, litigios financieros, técnicos, jurídicos y ambientales, y estuvo paralizada 29 meses. Justo en 2004, gracias a la intervención del presidente Álvaro Uribe Vélez, la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia lograron ponerse de acuerdo para reiniciar las obras, a partir de un trazado más corto.
La esposa del presidente, filósofa de profesión y con estudios de antropología, había demandado a la ciudad y exigía una indemnización superior a los 2.000 millones de pesos.
Los periódicos informaron que gracias a la intercesión del presidente de la república se había logrado ese acuerdo. Él mismo había impulsado la idea de una vía rápida al aeropuerto José María Córdova en 1997, mientras era gobernador de Antioquia. Según los informes de prensa, las gestiones del presidente habían permitido un convenio por 160.000 millones de pesos con la concesionaria encargada de las obras. La idea era que, de forma inmediata, se iniciara la construcción de la doble calzada en la vía Las Palmas, según un nuevo trazado.
De momento se postergaba la construcción del túnel. «Se aplaza indefinidamente y los concesionarios tienen derecho de hacerlo», dijo en tono profético el presidente. Lo que no dijo era que, gracias a esas gestiones de intermediación, Lina María Moreno Mejía, su esposa, resultaba beneficiada, como si se hubiera ganado la lotería.
La primera dama de la nación había demandado al Municipio de Medellín en 1999 porque un lote de su propiedad estaba afectado por un decreto que congelaba desarrollos urbanísticos en la zona donde, justamente, se proyectaba la construcción de la nueva vía al aeropuerto. Hasta ese momento, los terrenos de la primera dama de la nación estaban congelados, sin ningún atractivo comercial. Pero con el nuevo trazado de la vía, a partir de la intermediación del presidente, su lote fue desafectado.
Gracias a esa decisión caída del cielo, la familia presidencial pudo urbanizar sus predios en el barrio La Asomadera, contiguos a la doble calzada Las Palmas. En un artículo de El Colombiano, publicado en agosto de 2019, el entonces secretario de Infraestructura de Antioquia, Gilberto Quintero, recordó que en el proyecto original, antes de la intervención del presidente Álvaro Uribe Vélez, la vía era más extensa y que solo hasta 2004 se definió el trazado final, mucho más corto.
La primera dama de la nación había demandado al Municipio de Medellín en 1999 porque un lote de su propiedad estaba afectado por un decreto que congelaba desarrollos urbanísticos en la zona donde, justamente, se proyectaba la construcción de la nueva vía al aeropuerto.
La demanda
El 11 de agosto de 1999, Lina María Moreno Mejía, su hermano Carlos Enrique y otros cinco copropietarios demandaron al Municipio de Medellín ante el Tribunal Administrativo de Antioquia. Según ellos, los 25.789 metros cuadrados de sus tierras estaban congelados desde 1985 por un decreto que proyectaba las obras del Túnel de Oriente sin que, hasta entonces, se hubieran iniciado las obras. Los demandantes aspiraban a cobrar más de 2.000 millones de pesos con su reclamación, unos 6.000 millones de pesos actuales.
«La actividad de la Administración (municipal) al negarles y restringirles las licencias […] les ha ocasionado graves perjuicios económicos», se lee en la querella interpuesta en aquellos días, dos años después de que Álvaro Uribe Vélez finalizara su periodo como gobernador de Antioquia, entre 1995 y 1997.
En 2011, el Tribunal Administrativo negó las pretensiones de Lina María Moreno Mejía, su hermano y el resto de copropietarios. Ocho años después, en 2019, el Consejo de Estado confirmó la decisión, y advirtió que esa demanda era improcedente, pues en vez de querellar a la Municipio de Medellín, debieron querellar al Área Metropolitana, entidad administrativa que asocia a los diez municipios del Valle de Aburrá.
Ese mismo año en que se rediseñó el trazado del Túnel de Oriente, Lina María Moreno Mejía hizo varias diligencias sobre su lote. Todas de urgencia. CasaMacondo halló cuatro matrículas inmobiliarias de 2004 con registros de compraventas y permutas entre ella y el Municipio de Medellín, en esos días bajo la administración de Sergio Fajardo Valderrama. La intención era reconfigurar los linderos lo más pronto posible para facilitar el paso de la doble calzada anunciada por su esposo, el presidente de la república.
El 31 de mayo de 2004, Lina María Moreno Mejía, su hermano Carlos Enrique y otros cinco socios adquirieron por permuta 1.478 metros cuadrados en dos lotes del Municipio de Medellín. El negocio fue tasado en 321 millones de pesos, a pesar de que esos terrenos habían sido adquiridos por la Alcaldía por 654 millones el año anterior.
En 2011, el Tribunal Administrativo negó las pretensiones de Lina María Moreno Mejía, su hermano y el resto de copropietarios. Ocho años después, en 2019, el Consejo de Estado confirmó la decisión, y advirtió que esa demanda era improcedente.
Otra matrícula muestra la adquisición, también por permuta y con igual valor, de 664 metros cuadrados. En ese caso, el lote había sido expropiado por vía administrativa el 10 de octubre de 2003 a una familia de apellidos Posada Restrepo, y luego entregado a Lina María Moreno Mejía y sus socios.
Las otras dos matrículas repiten el mismo patrón: permutas por 321 millones cada una, con fecha del 31 de mayo de 2004, el año del nuevo trazado de la vía al aeropuerto, tras la intervención del presidente de la república. Esas operaciones de adquisición de terrenos ocurrieron mientras estaba en curso la demanda de Lina María Moreno Mejía contra el Municipio de Medellín.
Sin embargo, el alcalde de la ciudad, Sergio Fajardo Valderrama, no informó al Tribunal Administrativo de Antioquia sobre esas transacciones. Solo hasta el 20 de enero de 2005, el alcalde delegó a la abogada Delma Inés Jaramillo Jaramillo para representar a la ciudad en el proceso, que se resolvió una década después.
«Yo no recuerdo haber hablado en mi vida de lotes de Lina Moreno de Uribe, fue hace dieciocho años. Nunca supe nada de ese tema. ¿Hay algo irregular en eso?», nos dijo Sergio Fajardo en 2022. Su oficina de prensa confirmó después que esos lotes sí forman parte de la ampliación de la vía Las Palmas, contratada durante la gobernación de Luis Pérez (2016-2020), que también posee predios en la zona.
Plan parcial a la medida
Además del descongelamiento y la posterior valorización del lote, Lina María Moreno Mejía recibió otra gran noticia en 2010. Durante la alcaldía de Alonso Salazar Jaramillo se aprobó el Plan Parcial de La Asomadera, que incluyó sus tierras dentro de una zona habilitada para urbanización. La esposa del presidente le había ofrecido su apoyo a la candidatura de Salazar porque aseguraba «continuidad con la de Sergio Fajardo» y era «importante que a los proyectos y programas se les dé la oportunidad de consolidarse», dijo.
Con el Plan Parcial de La Asomadera, después del rediseño de la nueva vía al aeropuerto José María Córdova, las constructoras que habían esperado durante años un permiso de expansión, finalmente pudieron solicitar licencias. Así fue como, tras décadas de espera, unas tierras mortecinas, sin mayor valor comercial, propiedad de la esposa del presidente de la república y de su familia, vieron la luz al final del túnel.
Consulta aquí el mapa interactivo con las propiedades de los jugadores de la Monopolítica nacional.
Escucha el perfil de Álvaro Uribe Vélez
El silencio como respuesta
A propósito de esta investigación, CasaMacondo le formuló estas preguntas a Lina María Moreno Mejía, esposa de Álvaro Uribe Vélez.
- A usted y a su esposo los hemos investigado antes, en relación con propiedades y decisiones de conveniencia a partir del enorme poder político que atesoran. ¿De cuánto fue el incremento patrimonial de su familia entre 2002 y 2010?
- En principio, en el mapa de propiedades de esta investigación, usted ostenta 72 propiedades, entre fincas, casas, apartamentos, locales comerciales. ¿Es usted la ex primera dama de la nación más rica de Colombia?
- ¿Cuando el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez intervino para reactivar las obras de la vía al aeropuerto José María Córdova, intervención que obligó a un nuevo trazado, sabía que sus predios multiplicarían su valor hasta las nubes?
- ¿Qué reflexión hace de ese episodio de evidente conveniencia patrimonial?
- ¿Cómo se explica que, mientras usted mantenía una demanda en contra del Municipio de Medellín por razón de esos predios, cerrara con la administración municipal contratos de compraventa y permuta por terrenos en la misma franja vial?

Los bienes detallados en esta investigación periodística no son los únicos que ostentan sus propietarios. Sin embargo, el número de ellos, sumado a su historial, los montos de compra y las dinámicas de negociación, resulta útil para un análisis sobre el poder de quienes nos gobiernan y el cúmulo de su riqueza.
En CasaMacondo creemos que nadie está exento del escrutinio periodístico, menos aún los presidentes y vicepresidentes de la república. En teoría, por la dignidad de sus cargos, ellos constituyen el horizonte moral de la nación.
Continuar leyendo