Engorde de pollos y de propiedades
El negocio rebosado de estiércol de Luz María Zapata Zapata, exesposa de Germán Vargas Lleras
La empresaria es a la que más propiedades se le han encontrado en Monopolítica: al menos 48, la mayoría en Risaralda, fortines burocráticos y electorales del exministro, excongresista, exvicepresidente y, de nuevo, candidato presidencial.

Hasta febrero de este año, Luz María Zapata Zapata presidió Asocapitales, la asociación que reúne a los alcaldes de las ciudades capitales de Colombia. Llegó al cargo en junio de 2018, amparada por el capital político de su entonces esposo, Germán Vargas Lleras, vicepresidente de la república entre 2014 y 2017, año en que renunció a su investidura para participar en la contienda presidencial con el lema personalísimo de «Mejor Vargas Lleras».
A Zapata Zapata, politóloga de la Universidad de los Andes, coordinadora de políticas sociales y de equidad de género de esa campaña fallida, nunca le han faltado los trabajos. Durante catorce años dirigió la Asociación Colombiana de Empresas Licoreras y fue, además, asesora de asuntos sociales y políticos en la Fundación Buen Gobierno, propiedad del expresidente Juan Manuel Santos. Sin embargo, en su hoja de vida omite un detalle crucial: es empresaria inmobiliaria y avícola. Y no una menor, sino una multimillonaria.
Después de Lina Moreno Mejía, esposa de Álvaro Uribe Vélez, Luz María Zapata Zapata, excónyuge de Germán Vargas Lleras, es a la que más propiedades se le han encontrado en Monopolítica: al menos 48, la mayoría de ellas en Risaralda, uno de los fortines burocráticos y electorales del exministro, excongresista, exvicepresidente y, justo ahora, por tercera vez, aspirante a la presidencia por su partido, Cambio Radical.
Una parte de la fortuna de la mujer está invertida en un negocio avícola, bajo el nombre Sociedad Zapata Zapata S. A. S., en Pereira, empresa sancionada por incurrir en graves afectaciones ambientales en la zona de influencia de sus corrales, repletos de pollos de engorde, en condiciones de hacinamiento e insalubridad, según las autoridades.
Después de Lina Moreno Mejía, esposa de Álvaro Uribe Vélez, Luz María Zapata Zapata, excónyuge de Germán Vargas Lleras, es a la que más propiedades se le han encontrado en Monopolítica: al menos 48, la mayoría de ellas en Risaralda.
Al vuelo de pollos
En noviembre de 2016, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda le otorgó a Luz Mary Zapata de Zapata, madre de Luz María, una serie de permisos ambientales. Gracias a ellos pudo operar las granjas Guadalupe I y II. Entre las prerrogativas figura la concesión de aguas superficiales de la quebrada La Arenosa, el vertimiento de aguas residuales domésticas al suelo, la autorización de ocupación de cauce y la delimitación de zonas de protección hídrica.
La autoridad ambiental también aprobó los planes de manejo de residuos peligrosos y de gallinaza, el restante orgánico que combina el excremento de las aves, los restos de alimento y el material de base de los corrales. A cambio, Zapata Zapata S. A. S. asumió cuarenta obligaciones técnicas y ambientales permanentes. La lógica de un acuerdo semejante es de una simpleza rotunda: hacer dinero sin salpicar a los demás de estiércol. No fue así, en este caso.
Un año después, en 2017, los inspectores ambientales comenzaron a constatar reiterados incumplimientos en los compromisos asumidos por las propietarias de las granjas, ubicadas en el corregimiento de La Florida, a veinte minutos de Pereira. Los peritos de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda advirtieron que el sistema séptico se había colmatado, es decir, que había llegado a su límite de procesamiento de residuos y que, en consecuencia, un alud de gallinaza amenazaba con filtrarse a la quebrada La Arenosa.
En un afán de lucro, Luz Mary de Zapata y sus hijas Ana Milena y Luz María, socias de Zapata Zapata S. A. S., habían aumentado el número de aves en los galpones, de 45.000 a 52.000, 7.000 más de las permitidas, dada la capacidad de su infraestructura. Ese abuso rebosó el límite de los corrales y los vecinos de La Florida —un corredor paisajístico con restaurantes y fincas de recreo— comenzaron a soportar nubes de moscas y un hedor permanente a estiércol.
Solo en 2022, y tras la insistencia de los vecinos de las empresarias, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda sancionó a la Sociedad Zapata Zapata S. A. S. con el cierre temporal de la Granja Guadalupe II. A pesar de los alegatos de la madre y de las hijas, la entidad concluyó que la empresa había incurrido en contaminación del suelo y había puesto en riesgo las fuentes hídricas por incapacidad y negligencia.
En un afán de lucro, Luz Mary de Zapata y sus hijas Ana Milena y Luz María, socias de Zapata Zapata S. A. S., habían aumentado el número de aves en los galpones, de 45.000 a 52.000, 7.000 más de las permitidas, dada la capacidad de su infraestructura.
Un vertimiento al río Otún
Antes de esa medida, en julio de 2018, ya se había radicado una denuncia ambiental contra la planta de producción de Pimpollo, por verter aguas residuales sin tratamiento en el río Otún, el más importante de esa región del país. Los infractores cometían su fechoría aprovechando la oscuridad de la noche, entre las 7:00 y las 10:00 p. m.
Según el denunciante, las descargas incluían «sangre, grasas y residuos cloacales», y fueron grabadas en video y entregadas a la Corporación Autónoma Regional de Risaralda. Hasta ese momento, las inspecciones diurnas no habían detectado irregularidades. Pero ante la nueva evidencia, el 5 de julio de 2018 se realizó una inspección nocturna. La visita reveló un punto de vertimiento no autorizado que descargaba aguas residuales no tratadas y que, en efecto, incluían sangre y vísceras.
En esa misma inspección, los peritos detectaron una fuga en una tubería de diez pulgadas, que transportaba residuos sin tratamiento, además de un sistema de drenaje que descargaba desechos industriales en un sistema de aguas lluvias, ambas infracciones de suma gravedad.
Por ese conjunto de hechos, la autoridad ambiental acusó a esa empresa a título de dolo. Y a pesar de que los dueños alegaron la vulneración del debido proceso y la ausencia de un daño concreto, la Resolución 3076, del 10 de junio de 2022, ratificó el cierre temporal de su granja. El documento sostuvo que el riesgo ambiental era sancionable, incluso si no se hubiera materializado un daño.
Hace unos meses, la renuncia obligada de Luz María Zapata Zapata a la presidencia de Asocapitales fue comidilla en los medios de comunicación tradicionales. «Yo tengo claro quién fue el determinante de todo esto porque he sufrido violencia de género, maltrato, acoso laboral, pero no me importa, eso es el pasado, yo me caracterizo por siempre mirar al futuro», dijo la empresaria de pollos de engorde y de bienes raíces, exesposa de Germán Vargas Lleras.
Consulte aquí el mapa de propiedades del exvicepresidente Germán Vargas Lleras y de su exesposa, Luz María Zapata Zapata.
El silencio como respuesta
A propósito de esta investigación, CasaMacondo le formuló estas preguntas a Luz María Zapata Zapata:
- Desde su lugar de empresaria de pollos de engorde, ¿qué aprendizaje podría mencionar tras la sanción de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda por contaminar fuentes de agua?
- En su momento, los galpones de su empresa familiar tenían 52.000 pollos, 7.000 más de los permitidos. ¿Cuántas aves tienen ahora sus corrales en La Florida, corregimiento de Pereira?
- Este especial periodístico de CasaMacondo indaga las propiedades de los expresidentes y exvicepresidentes, lo mismo que de sus cónyuges, y se pregunta por la relación del poder político y el aprovechamiento económico. En nuestro mapa de propiedades, usted figura con un récord de 48, compradas y vendidas. ¿Cuántas ostenta en la actualidad?
- ¿A cuánto asciende su fortuna personal?
- ¿Cree que las inmensas riquezas de los expresidentes y exvicepresidentes de Colombia, lo mismo que de sus cónyuges y excónyuges, merecen un ejercicio de indagación?

Los bienes detallados en esta investigación periodística no son los únicos que ostentan sus propietarios. Sin embargo, el número de ellos, sumado a su historial, los montos de compra y las dinámicas de negociación, resulta útil para un análisis sobre el poder de quienes nos gobiernan y el cúmulo de su riqueza.
En CasaMacondo creemos que nadie está exento del escrutinio periodístico, menos aún los presidentes y vicepresidentes de la república. En teoría, por la dignidad de sus cargos, ellos constituyen el horizonte moral de la nación.
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