Emilia Pérez, la santa gentrificadora de los desaparecidos
La película de Jacques Audiard, sobre un narco mexicano que transiciona a ser mujer, deja un mal sabor en la boca. Además de su caricaturesca representación de México, peca de transfobia, racismo, paternalismo y una sarta de incongruencias. Una crítica (fulminante) de un periodista yucateco.
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