Quinientos ochenta y cinco sacerdotes han abusado sexualmente de niños, niñas, adolescentes y personas puestas en incapacidad de resistir en Colombia y en otros países adonde han sido enviados por la Iglesia católica, 94 % de ellos en los últimos veinte años.
De esos quinientos ochenta y cinco sacerdotes, solo cincuenta y uno han sido condenados en Colombia y nueve en el exterior. Dieciséis fueron absueltos por jueces de la república o de otros países, la mayoría de ellos por tecnicismos, dudas razonables o porque los sobrevivientes no tenían abogados.
Hasta la publicación de esta investigación, la Fiscalía General conocía trescientos cincuenta de estos casos y ha permitido que la mayoría de ellos permanezcan en la impunidad; muchos han sido archivados por la prescripción de la acción penal. Los altos prelados remitieron a la Fiscalía solo cuarenta de esos casos y lo hicieron después de que recibieron un derecho de petición que CasaMacondo les envió a todos los obispos y superiores de comunidades religiosas del país.
Actualmente, ciento sesenta de los sacerdotes denunciados están ejerciendo el sacerdocio y tres de ellos reincidieron en 2024. Del total de curas con acusaciones, tres eran obispos: Óscar Urbina Ortega, Óscar Augusto Múnera y José Roberto Ospina. Los dos primeros renunciaron a la Arquidiócesis de Villavicencio y el Vicariato Apostólico de Tierradentro, respectivamente, tras la publicación de esta investigación. El tercero está ad portas de jubilarse como obispo de Buga.
El archivo secreto es el resultado de siete años de investigación. Su primer paso fue la publicación, el 21 de marzo de 2018, del especial radial «Dejad que los niños vengan a mí» en W Radio, que denunció la existencia de una red de sacerdotes pederastas y abusadores sexuales en la Arquidiócesis de Medellín. La investigación que publicamos confirma que esta red se extendió por todo el país con el encubrimiento de obispos, superiores de comunidades religiosas y hasta del Vaticano.
Para llegar a los 585 nombres de sacerdotes denunciados por pederastia y abuso sexual, enviamos 137 derechos de petición a todos los obispos y los superiores de comunidades religiosas. Solo el 13 % entregó la información sobre los sacerdotes de su jurisdicción; es decir, respondieron las once preguntas de nuestro derecho de petición. Para lograr que el 87 % restante nos contestara, interpusimos 120 acciones de tutela, de las cuales ganamos 75 y perdimos 45.
Obispos encubrieron a sacerdotes abusadores
Desde la cúpula hacia abajo, todos los prelados de Colombia han encubierto y protegido a sacerdotes pederastas y abusadores sexuales. Los 137 obispos y superiores de comunidades religiosas conocieron al menos un caso que no reportaron a la Fiscalía General.
El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, como la mayoría de obispos del país, contrató a una costosísima firma de abogados para intervenir en las 120 tutelas que interpusimos y negarse a cumplir lo que ordenan las sentencias T-091 de 2020 y SU-191 de 2022.
En 2020, la Sentencia T-091 de la Corte Constitucional obligó a la Arquidiócesis de Medellín a entregar datos de ciento cinco sacerdotes. En 2022, el arzobispo Ricardo Tobón se seguía negando a responder esta petición, por lo que la Sala Plena de la Corte emitió la Sentencia SU-191 de 2022, reafirmando la obligación del arzobispo Tobón de responder los derechos de petición de acceso a información.
Este año, la Corte Constitucional seleccionó las 120 tutelas que interpusimos para acceder a información y está ad portas de emitir una tercera sentencia, pero esta vez contra todos los obispos del país para obligarlos a entregar el 87% de la información que hemos solicitado. Si la tasa de denuncias se mantiene en los archivos secretos restantes, habría más de 4.000 sacerdotes denunciados por abusos sexuales. Es mucho lo que está en juego y por eso lo esconden.
El cardenal Rueda Aparicio, el arzobispo más importante del país y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, dijo en una respuesta a un derecho de petición que en Bogotá, una ciudad de 10 millones de habitantes, solo ha habido seis denuncias en toda su historia. Cuando se compara con otras ciudades (Medellín: 70, Villavicencio: 50, Manizales: 24, Armenia: 12, Rionegro: 26), es evidente que esta cifra es falsa. El cardenal Rueda, por citar solo un ejemplo, ha encubierto en su carrera episcopal al menos a diez sacerdotes denunciados por abusos sexuales. Es lo mismo ha ocurrido en el resto del mundo, con la venia de obispos, cardenales y papas.
Solo en Portugal, entre 1950 y 2020, 4.815 niños y niñas fueron abusados sexualmente por miembros de la Iglesia católica. En ese mismo periodo, en Francia hubo 216.000 denuncias contra sacerdotes, 200.000 en España. Y muy recientemente se descubrió el diario de un cura jesuita español pederasta que violó a más de 85 niños en Bolivia y dejó plasmado el horror en varios diarios como si se tratara de cuentos infantiles.
La abundancia de testimonios y documentos demuestran que, al no entregar la información completa, los obispos y los superiores de comunidades religiosas colombianas pretenden ocultar la gravedad del fenómeno de los abusos sexuales clericales en el país. Hasta la fecha, su encubrimiento ha sido exitoso: no han remitido #ElArchivoSecreto a la Fiscalía, como corresponde.
En el derecho canónico, la figura del archivo secreto la define el artículo 489: “Debe haber también en la curia diocesana un archivo secreto, o al menos un armario o una caja dentro del archivo general, totalmente cerrada con llave y que no pueda moverse del sitio, en donde se conserven con suma cautela los documentos que han de ser custodiados bajo secreto”.
Entre agosto y diciembre de 2024, la Corte Constitucional emitirá la tercera sentencia para, posiblemente, obligar a la Iglesia católica a entregar #ElArchivoSecreto, en este caso el 87% restante que aún no le han entregado a CasaMacondo. Para visibilizar los datos publicados, aquí están los 585 sacerdotes denunciados por pederastia y abuso sexual en pdf y leídos por 585 ciudadanos en la red social X, muchos de ellos sobrevivientes.
*Esta historia ha sido actualizada con cada caso nuevo que nos ha llegado desde la publicación de esta investigación.
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