CasaMacondo descubrió que Andrés Pastrana Arango le había comprado un lote a un empresario que, tiempo después, terminó en la cárcel, acusado de captación ilegal de dinero. La historia de esa inversión, que antecedió a su carrera electoral, fue revelada en nuestro especial periodístico «Monopolítica: Gobernantes, dinero y propiedades».
El capítulo concerniente al expresidente, titulado «Un delfín en aguas sucias: Andrés Pastrana Arango y su negocio con un ladrón de fortunas», detalla que uno de sus negocios más prósperos fue con Luis Alberto Moreno y otros cuatro socios inversionistas que, a comienzos de la década de los ochenta, compraron un terreno de cuatro mil metros cuadrados en el norte de la capital para construir el edificio Camino del Country, al lado del Country Club de Bogotá, uno de los clubes más antiguos de la ciudad.
Pero la suntuosidad de ese entorno, que incluye lagos artificiales y canchas de golf, contrasta con la sentina que enlodó al empresario que les vendió el terreno: Juan Ricardo Escobar Bonitto, alias Picas, afamado ladrón de cuello blanco. Su nombre apareció en los periódicos, en las mismas páginas en las que se mencionaba a los primeros capos reconocidos del narcotráfico colombiano, en esos años más respetados que temidos.
La celebridad de Picas fue obra de un tinglado de captación de dinero de familias pudientes, muchas de ellas socias del Country de Bogotá y de otros clubes sociales de la capital, seducidos por comisiones exorbitantes. El entuerto funcionaba mediante operadores de empresas comisionistas de bolsa y sumó recaudos por cuatro mil millones de pesos de la época, unos 142.000 millones actuales.
Monopolítica es un especial periodístico de CasaMacondo que indaga en los bienes inmuebles de los presidentes y vicepresidentes de Colombia, y de sus cónyuges. Se trata de un esfuerzo de investigación en el que confluyen el periodismo de datos y la reportería de lugares a partir de un mapa interactivo de casas, apartamentos, locales comerciales, bodegas y fincas.
Según la firma de abogados que representa a Andrés Pastrana Arango, en la investigación publicada por este medio periodístico «se incluyeron afirmaciones absolutamente falsas, injuriosas y carentes de sustento probatorio, que lesionan de manera grave el derecho fundamental a la honra y al buen nombre».
La respuesta de CasaMacondo, sustentada en su ejercicio de investigación y en el soporte documental y de fuentes periodísticas, es que no hay nada que rectificar. Lo publicado se ajusta a la verdad, no es inexacto y tampoco es erróneo.