En las primeras páginas de La vegetariana, el esposo de Yeong-hye describe a su mujer como un ser anodino. No tiene, nos dice, mayores atributos, tampoco defectos significativos. A diario cumple las labores que él espera de ella: prepara el desayuno, plancha la ropa, le entrega el maletín antes de que él salga a trabajar. […]