Francisco de Roux fue noticia recientemente por una investigación del periodista Miguel Ángel Estupiñán que demuestra que, en 2014, el sacerdote no remitió a la Fiscalía el caso del confeso pederasta Darío Chavarriaga, quien abusó sexualmente de ocho menores de edad de una misma familia: siete niñas y un niño. De Roux, quien fue presidente de la Comisión de la Verdad de Colombia y provincial de los jesuitas, en lugar de ofrecerles una reparación integral a los sobrevivientes, les pidió que no ventilaran su denuncia en los medios de comunicación. Dos meses después de haber sido denunciado, Chavarriaga fue homenajeado en la Universidad Javeriana sin que De Roux se opusiera.

La revelación de estos abusos ocurrió en un foro organizado por la Compañía de Jesús el 18 de octubre en la Universidad Javeriana, donde el sacerdote Luis Felipe Navarrete intentó censurar las preguntas de los sobrevivientes de Darío Chavarriaga. En este encuentro, titulado «La Iglesia ante los abusos: ¿fiel y verdadera?», los jesuitas analizaron un documento que lleva el mismo nombre y cuyo autor fue uno de los ponentes: Hans Zollner. Este cura alemán es uno de los jesuitas más importantes y dice ser experto en la lucha contra los abusos sexuales eclesiales. En 2017, Zollner escuchó a Luis Fernando Llano, uno de los sobrevivientes de Darío Chavarriaga, pero no hizo nada al respecto, más allá de seguir viajando por el mundo hablando de prevención de abusos sexuales contra menores. 

Otro de los panelistas en ese foro era monseñor Francisco Antonio Niño Súa, quien habló extensamente sobre las supuestas medidas que ha tomado la Iglesia católica para contrarrestar la pederastia eclesial. Doctor en Teología y Derecho Canónico, así como profesor de la Universidad Javeriana, Niño Súa protegió a los treinta y ocho sacerdotes que abusaron sexualmente e indujeron a la prostitución a un joven de catorce años de edad en Villavicencio. En 2020, cuando el escándalo estalló en esa ciudad, Niño Súa y el vicario Darío Álvarez Botero viajaron hasta la capital del Meta y despidieron a María del Socorro Martínez y Olga Cristancho Vergara, las dos investigadoras que estaban a cargo del caso.

Los jesuitas denunciados

El 17 de enero de 2023, le envié un derecho de petición a Hermann Rodríguez, provincial de los jesuitas en Colombia. En esa solicitud le pedí que me informara cuántos sacerdotes jesuitas habían sido denunciados por violencia sexual infantil en el país. La petición iba acompañada de dos sentencias de la Corte Constitucional, la T-091-20 y la SU-191-22, que obligan a los jerarcas católicos a responder esa pregunta. 

La respuesta del provincial fue desconcertante, pues aseguró que solo un cura, Víctor Manuel Torres González, había sido denunciado en los cuatrocientos veinte años de los jesuitas en Colombia. Rodríguez ocultó los nombres de otros siete sacerdotes que han sido denunciados, entre ellos el del confeso pederasta Darío Chavarriaga. El superior de los jesuitas cometió el delito de falsedad ideológica en documento privado al mentir en la respuesta a un derecho de petición. 

Aunque los jesuitas se niegan a entregar su archivo secreto, el documento donde los jerarcas de la Iglesia católica guardan celosamente las denuncias por pederastia contra los sacerdotes, hemos encontrado siete casos que esta comunidad religiosa ha ocultado. Pero pueden ser muchos más, según los indicios que tenemos. La Corte Constitucional está estudiando ciento veinte tutelas que Miguel Ángel Estupiñán y yo presentamos contra todas las diócesis y comunidades religiosas del país que se negaron a entregar el archivo secreto, una de ellas contra los jesuitas. En nuestra investigación periodística, hemos revelado los nombres de 590 sacerdotes colombianos y extranjeros con residencia en Colombia, denunciados por violencia sexual contra niños, niñas, adolescentes y adultos incapaces de resistir. En manos de la Corte está el acceso al 87% restante del archivo secreto.

A continuación  expongo los nombres y un breve perfil de los sacerdotes de la Compañía de Jesús denunciados por abusos sexuales. Con excepción de Víctor Torres, los jesuitas protegieron los nombres de los otros siete. El padre Francisco de Roux me dijo en 2022 que conocía al menos tres de los casos, pero tampoco los reportó a la Fiscalía ni entregó sus nombres a la prensa. Según sus declaraciones recientes, en la época en que fue provincial de los jesuitas (2008-2014) el secreto pontificio estaba por encima de las leyes y de la Constitución de Colombia, que obligan a los ciudadanos que conocen de la comisión de un delito a denunciarlo en la Fiscalía.

Andrés Vela: Fallecido en 2017, fue denunciado en junio de 2023 por Felipe Cáceres Pizarro en una investigación de la periodista Diana López Zuleta para El País de España. Cáceres relata abusos ocurridos en el Colegio San Ignacio Alonso Ovalle, de Santiago de Chile, a finales de los sesenta, cuando Vela, ya radicado en Colombia, viajaba ocasionalmente a ese país para dictar conferencias. Fue durante uno de esos viajes cuando ocurrieron los abusos. 

Darío Chavarriaga Jaramillo: Fue denunciado en mayo de 2014 por abusos sexuales a menores, cometidos entre 1976 y 1978 en el Colegio Mayor de San Bartolomé, en Bogotá. Los sobrevivientes no han sido reparados y otros diez exalumnos de esa institución y del Colegio San Ignacio, de Medellín, también lo han acusado. Chavarriaga falleció en diciembre de 2015.

Julio Ignacio Jiménez Dorado: Una mujer denunció que Jiménez la abusó cuando tenía quince años durante un paseo en Coveñas, donde se encontró con el sacerdote. La denuncia fue registrada por el jesuita Carlos Eduardo Correa Jaramillo. Jiménez falleció en enero de 2021.

Hugo Alexis Moreno Rojas: Fue expulsado de la orden y del sacerdocio en 2019 por abuso de menores en el Colegio Mayor de San Bartolomé, en Bogotá. Los hechos ocurrieron en 2017. Sin embargo, no consta que la Compañía de Jesús informara del caso a la Fiscalía. 

Edwin Murillo Amaris: En 2016, fue denunciado por acosar sexualmente a estudiantes mientras ejercía como decano de la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Javeriana. Murillo fue posteriormente expulsado del sacerdocio y de la Compañía de Jesús. En 2023, nuevas denuncias surgieron cuando se descubrió que trabajaba en la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). 

Juan Antonio Ramírez Jiménez: Fue detenido en 2008, en Unicentro de Cali, tras ser acusado de fotografiar partes íntimas de niñas entre los seis y los doce años. En la estación de policía, los denunciantes Leonardo Sánchez y María Rafaela Barona declararon que Ramírez admitió problemas de «nerviosismo y pedofilia» y confesó usar las fotos para masturbarse. Ramírez se identificó como jesuita, dijo que era asesor espiritual en la Universidad Javeriana y que se alojaba en el Colegio Berchmans, de propiedad de los jesuitas. El caso fue atendido por Betty Castaño, fiscal 11 de Cali, quien lo dejó en libertad por considerar que el delito no ameritaba medida de aseguramiento. En redes sociales, Ramírez afirma que nació en 1949, ingresó a la Compañía de Jesús en 1967 y trabajó en la Casa de la Juventud y en la Universidad Javeriana en Cali y Bogotá.

Alfredo Revéiz Solarte: Un hombre afirma que fue víctima de abusos de Revéiz a los dieciséis años de edad en el Colegio San Ignacio de Medellín. Otro exalumno del colegio lo acusa de tocamientos y acoso, y asegura que los abusos de Revéiz eran «vox populi» en el plantel. Este segundo testimonio menciona además a otros presuntos abusadores: José Mardoqueo Sánchez Rubio y Julio César Salcedo. Un tercer exalumno respalda estos testimonios.

Víctor Manuel Torres González: Es el único caso que Hermann Rodríguez reveló en su respuesta al derecho de petición que le enviamos en 2023. De acuerdo con la Fiscalía, Torres asistió en 2013 a una reunión de religiosos en Medellín y se hospedó en casa de una sobrina. Allí abusó sexualmente de su hijo menor, «aprovechándose de la confianza familiar y el respeto que inspiraba como sacerdote». El sacerdote abusó de otro menor y fue condenado en 2015 a trece años y medio de prisión por actos sexuales con menor de catorce años. Un año antes, en 2014, cuando Torres ya había sido denunciado en la Fiscalía, Francisco de Roux presidió la ceremonia en la que el cura profesó sus votos perpetuos. En diálogo con CasaMacondo, De Roux aseguró que, al momento de la ceremonia, no tenía conocimiento del proceso penal que estaba enfrentando Torres desde 2013.

El caso Pedrajas

La Compañía de Jesús, la comunidad religiosa a la que pertenece el papa Francisco, tiene un largo historial de abusos y encubrimientos en todo el mundo. El más emblemático es el de Alfonso Pedrajas Moreno, un sacerdote jesuita español, quien fue el protagonista de uno de los escándalos de abuso sexual más escabrosos en la historia reciente de la Iglesia católica. 

En 2023, El País reveló la existencia de un diario personal en el que Pedrajas detallaba los abusos sexuales que cometió contra más de ochenta y cinco niños mientras ejercía su labor religiosa y educativa en Bolivia, durante las décadas de 1970 y 1980. Este diario fue descubierto tras su muerte, en 2009, y entregado a su familia, que decidió hacer público el contenido. Las revelaciones han desencadenado una oleada de indignación y demandas de justicia, tanto en Bolivia como en España, donde víctimas y familiares exigen medidas contra la Compañía de Jesús y las autoridades eclesiásticas.

El contenido del diario es escalofriante. Pedrajas, apodado «Padre Pica», describía los abusos de manera explícita y confesaba cómo, año tras año, el poder de su posición le permitía seguir adelante sin ser castigado. Pedrajas documentó el encubrimiento sistemático por parte de la Iglesia y reconoció la complicidad de otros sacerdotes y superiores, quienes conocían las denuncias y las quejas de los estudiantes y sus familias. En lugar de investigarlo o someterlo a un proceso disciplinario, los jesuitas simplemente lo trasladaron de un lugar a otro en Bolivia, permitiendo que siguiera en contacto con menores.

Por el momento, la justicia boliviana ha iniciado una investigación y se está revisando la posibilidad de iniciar procesos legales contra la Compañía de Jesús. Los jesuitas, por su lado, se han limitado a ofrecer disculpas.

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