En 1979, en pleno apogeo de su emprendimiento, Pablo Escobar adquirió junto a cuatro personas más un lote en uno de los sectores residenciales más valorizados de la capital de Antioquia. En esa compra participó Rodrigo José Uribe Londoño, tío del senador del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay.

Se trata de un predio de dieciséis mil quinientos metros cuadrados que estas cinco personas le compraron a Iván Cristóbal Isaza Isaza el 4 de mayo de 1979, en el barrio El Poblado, de Medellín. 

Rodrigo Uribe, el tío de Miguel Uribe, pagó de contado tres millones de pesos por 3.500 metros cuadrados, unos 656 millones de pesos al precio de hoy. Mientras tanto, Pablo Escobar, dos de sus socios narcotraficantes (Gustavo Gaviria Rivero y Luis Carlos Molina Yepes) y un señor de nombre Leonel Duque González, del que no hay rastro, pagaron de contado cinco millones y medio por 13.000 metros cuadrados, suma que hoy serían unos 1.204 millones de pesos.

El vendedor de este predio, Cristóbal Isaza, ha sido representante legal y miembro del Consejo Directivo del colegio Jorge Robledo de esa ciudad, de donde es egresado el expresidente Álvaro Uribe Vélez y otras personalidades antioqueñas como Juanes, Santiago Botero, Aníbal Gaviria, Félix de Bedout y Manuel Santiago Mejía.

Dicha transacción fue formalizada en la Notaría 11 de Medellín, donde asistieron y firmaron las partes, como lo muestra la siguiente imagen.

el predio que compraron pablo escobar y un tio del senador miguel uribe turbay escritura 1050

Con el tiempo, este predio tuvo otros propietarios. En 1983, Rodrigo Uribe vendió sus tres mil quinientos metros cuadrados a una empresa que luego los traspasó a Gustavo Gaviria y Victoria Eugenia Henao de Escobar, esposa de Pablo Escobar. Ellos fueron los propietarios hasta 1999 cuando la Fiscalía aplicó la extinción de dominio. Otra fue la suerte de los trece mil metros cuadrados que compraron Pablo Escobar y sus socios: allí se construyó la Urbanización Poblado Miravalle.

Gente de bien

En internet aparecen dos reseñas de Rodrigo José Uribe Londoño. La primera es de El Tiempo, publicada en octubre de 1995: «Fue elegido por el consejo directivo de la Federación Colombiana de Industrias Metalúrgicas, Fedemetal, como presidente para el período 1995-1996. Reemplaza en esta posición a Sonia Villamizar Angulo. Nació en Medellín y es ingeniero mecánico de la Universidad de Notre Dame, South Bend, Indiana. Actualmente preside la compañía Formas Mecánicas. Hace parte de las juntas directivas de las empresas Electroquímica Colombiana; Marquillas S. A.; Polidesa; Casa Británica; Colpisa Motriz; Amparo Infantil Santa Ana y la Promotora de Desarrollo Codesarrollo. La lectura es una de sus grandes aficiones». 

La otra reseña es de 2010, del periódico Vivir en el Poblado: «Experimentado empresario y hombre de negocios». El medio menciona otras juntas directivas en las que Uribe Londoño participaba en ese momento: la de la Clínica Infantil Santa Ana y la de la Fundación Héroe Camina.

Rodrigo José Uribe Londoño es hermano de Miguel Uribe Londoño, el padre del actual senador del Centro Democrático. Los hermanos Uribe Londoño son hijos de Rodrigo Uribe Echavarría (1918-2001), concejal de Medellín (1958-1960 y 1968-1970), consejero del presidente Alfonso López Michelsen (1974), gobernador de Antioquia (1978-1980) y senador de la república (1978-1982). Además de hacer carrera en la política, Uribe Echavarría se encargó del negocio de la familia: en 1942 ingresó a trabajar a Coltejer y en 1961 fue nombrado presidente de esa compañía hasta 1974. Bajo su mandato se construyó el icónico edificio paisa que lleva el mismo nombre de la empresa textil.

Hasta la fecha, tres escándalos han sacudido a la familia de Rodrigo Uribe Echavarría. Uno de sus nietos (es decir, un primo hermano del senador Miguel Uribe Turbay), fue condenado el 30 de octubre de 2002 a veinticinco años y seis meses de prisión por homicidio agravado. Se llamaba Juan Carlos Echavarría Uribe, era hijo de Carlos Echavarría Vallés e Inés Uribe Londoño, y resultó ser un asesino en serie. Después de su captura, el homicida confesó diecisiete de sus crímenes. En la cárcel fue asesinado. La historia está contada en la novela Amigo de nadie, de los escritores Juan José Gaviria y Simón Ospina, en la que se detalla la guerra que Pablo Escobar le declaró al Estado colombiano.

El segundo escándalo también fue de película: Tomás Uribe Londoño, tío de Miguel Uribe Turbay, se autosecuestró el 20 de enero de 1994 para exigirle a su padre, el exgobernador Rodrigo Uribe Echavarría, la suma de seis millones de dólares a través de sus falsos secuestradores. La trampa no le salió bien pues las autoridades capturaron a dos guerrilleros de la célula del ELN con la que había planeado el engaño. Los capturados confesaron que Jessica Jiménez García, la novia de Tomás, los había contactado para fingir el secuestro y cobrar la extorsión. En 1995 Tomás Uribe Londoño fue condenado a diez años y cuatro meses de cárcel.

Pero no menos grave fue el tercer escándalo: la captura en enero de 2000 del exconcejal Miguel Uribe Londoño, padre de Miguel Uribe Turbay, acusado por la Fiscalía de los delitos de peculado por apropiación, en calidad de determinador. La medida también incluyó a Henry Ávila Herrera, exvicepresidente de Banestado, señalado de haber prestado irregularmente más de quince mil millones de pesos a nueve clientes. Uno de ellos, según la Fiscalía, fue Miguel Uribe Londoño, quien se benefició con un autopréstamo de setecientos millones de pesos. En 2003, un juez condenó a Henry Ávila a treinta y seis meses de prisión y absolvió a Miguel Uribe. 

Antes de estos escándalos, una tragedia tocó la puerta de esta familia: el 30 de agosto de 1990, Diana Turbay, la madre del senador Miguel Uribe, fue secuestrada por orden de Pablo Escobar. El episodio, como lo detalla García Márquez en Noticia de un secuestro, hizo parte de una ola de retenciones que orquestó el jefe del cartel de Medellín para presionar por la no extradición de colombianos a Estados Unidos. El 25 de enero de 1991, Diana Turbay murió de un disparo en medio de «una operación de rescate fallida por parte de la fuerza pública y que sus captores, en un intento de huir, le dispararon», según cuenta El Tiempo. Esa misma nota recoge otra versión de los hechos, según la cual «en medio de la operación de rescate, la fuerza pública la hirió, y esto causó su muerte horas después».

El senador Miguel Uribe no es responsable de las actuaciones de sus familiares, pero su discurso contra el narcotráfico y sus beneficiarios es bastante selectivo al señalar la paja en el ojo ajeno.

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