En el archivo secreto de la Arquidiócesis de Medellín hay, al menos, tres acusaciones contra el sacerdote Carlos Arturo Yepes Vargas por abuso sexual contra menores de edad. El arzobispo Ricardo Tobón lo protegió, pero el papa Francisco lo suspendió en marzo de 2020. Yepes negó las acusaciones e instauró tres denuncias penales contra los hombres que lo señalaron. También interpuso, infructuosamente, varias tutelas contra el periodista Juan Pablo Barrientos y lo denunció tres veces por injuria y calumnia.
En un comunicado, Yepes dice haber sido absuelto por el Vaticano, institución que ha encubierto a miles de sacerdotes denunciados por pederastia y abuso sexual en todo el mundo, sancionándolos en algunos casos con una suspensión temporal. En el caso de Yepes la suspensión fue de tres años.
Lo cierto es que no fue el Vaticano, sino el arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón, célebre por encubrir a decenas de sacerdotes denunciados por pederastia, quien absolvió a su protegido a través de cuatro sacerdotes que dependen plenamente del alto jerarca y le deben obediencia: Héctor Fabio Arredondo Arango —quien firma como juez ponente—, Jorge Mario Acosta Gómez, Jesús Bronson Arboleda Carmona y Juan Camilo Cano Yepes. «Invocando el nombre de Dios, declaramos no haber alcanzado la certeza moral, de la imputabilidad o culpabilidad del Pbro. Carlos Arturo Yepes Vargas», sentenciaron los cuatro jueces, colegas y amigos del denunciado Carlos Yepes, con quien comparten espacios laborales, retiros espirituales y jefe.
Aunque el Vaticano y la Arquidiócesis de Medellín pueden hacer sus investigaciones internas, estas no pueden determinar la culpabilidad o la inocencia de un sacerdote frente a denuncias de violencia sexual infantil, tres en el caso de Yepes, sino la Fiscalía General de la Nación, que decidió no investigar a este cura porque los delitos relacionados con abuso sexual de menores de edad por los que lo denunciaron ya habían prescrito.
Yepes ha sido capellán de la Alcaldía de Medellín, la Gobernación de Antioquia y el Centro Comercial Oviedo. Es también un reconocido telepredicador en sus canales de YouTube y guía espiritual del cuestionado movimiento de ultraderecha católica Lazos de Amor Mariano.
CasaMacondo publica el capítulo «El demonio y el telepredicador», del libro Dejad que los niños vengan a mí, en el que se relatan las denuncias de abuso sexual infantil que tres hombres presentaron contra el popular sacerdote antioqueño.
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