Se ha convertido en un suceso común para los conductores de Bogotá: un día cualquiera, llega un comparendo con una foto pixelada del frente de su automóvil y una medición de velocidad que, en algunas ocasiones, apenas si supera el límite de 50 km/h que se estableció para algunas vías hace un par de años. […]
Santiago Wills
Publicado enOpinión
Fuego, camina conmigo
Publicado enPerfil
El misterioso lenguaje de los cachalotes
Publicado enEspecial de Escritoras
Diana Obando
Publicado enEspecial de Escritoras
Diana Obando
Publicado enCrónica
Los últimos nazis de Colombia
Publicado enCrónica