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En el rincón de mis tetas

A los doce años, cuando por primera vez notó que todas sus amigas ya tenían tetas y ella no, Alejandra Torrijos le imploró a Dios que le crecieran. Y le salieron, pero chicas. Ahora, de adulta, intenta que el tamaño no la atormente. Fantaseó con operarse. Al final, se compró unas falsas y salió a la calle para entender qué se siente andar por la vida con tetas grandes.